Comentario
El lugar que tuvo la metalurgia en la economía de Ugarit lo manifiestan no sólo los abundantes objetos metálicos hallados en la ciudad y en el cercano enclave de Ras ibn Hani, sino también las creencias religiosas, pues al decir de los textos tanto los dioses como los humanos tenían inexcusable necesidad del arte e inteligencia de Kothar, el dios orfebre y metalúrgico por excelencia.
No podemos detenernos en pormenorizar el abundantísimo número de objetos metálicos hallados tanto en las habitaciones como en las tumbas de la ciudad. Realmente, fundieron todo tipo de instrumental, tanto de uso cotidiano (agujas, punzones, vasos, azuelas, hachas, armas, pesas en forma de toros y cabezas humanas), como ornamental (torques de bronce, joyas, aderezos), y artístico (estatuillas de dioses y diosas).
Debemos hacer alusión al depósito de fundación hallado en el subsuelo de la Casa del Gran sacerdote, del Bronce Reciente, entre cuyos 74 objetos deben destacarse un soberbio trípode de bronce fundido, hoy en el Museo del Louvre, adornado con colgantes en forma de granadas (últimamente se ha descubierto otro semejante) y que constituyó el prototipo claro de los famosos trípodes chipriotas del siglo XIII a. C., y una magnífica espada (75 cm de longitud) que portaba un cartucho real con el nombre del faraón Mineptah.
Es, asimismo, importante, una famosa hacha ceremonial (hoy en el Museo de Aleppo) con lámina de hierro y artístico engaste de cobre en forma de verraco y cabezas leoninas, todo él realzado con damasquinado floral en oro. Fuera de Ugarit y para la época del Bronce Reciente no existen piezas similares; la excepción la constituye el hacha de bronce, hierro y oro de Tchoga Zanbil, en Susania, también adornada con leones y un verraco.
La variedad de joyas en oro, plata, electro y bronce, tanto de fabricación local como foránea (por ejemplo, un magnífico pendiente hitita en electro con la figuración de tres personajes), hallada en Ugarit es muy considerable. Se trata, sobre todo, de amuletos, soberbios medallones con diosas trabajadas a punta seca y de esquemáticos trazos, variadísimos pendientes en forma de animales, divinidades, discos, crecientes lunares; magníficos brazaletes y anillos y, excepcionalmente, vasos historiados. De éstos hay que fijarse en dos, labrados en oro: una pátera y una copa, hallados en los límites de un grandioso edificio a menos de 30 m del Templo de Baal.
La pátera (19 cm; Museo del Louvre) recoge en su único y amplio friso circular la representación de una cacería real, con resonancias estilísticas tanto egipcias como mitannias; el medallón central, con cinco cabras salvajes, simboliza el disco solar. Por otro lado, la copa (17 cm; Museo de Aleppo), que constituye el trabajo más famoso de toda la orfebrería ugarítica, se halla decorada en su friso exterior con escenas yuxtapuestas de animales reales y fantásticos junto a una cacería del león; en el segundo se alternan leones y toros frente al Arbol sagrado, quedando reservado el medallón central a una magnífica rosácea rodeada por cinco cabras salvajes.
Muestra del alto grado de la perfección técnica que alcanzó la orfebrería ugarítica es el tesoro de metales preciosos hallados en una jarra de cerámica: contenía un magnífico rython (34 cm de altura) en electro, cinco cuencos de plata y electro, algunos alfileres en plata con revestimiento dorado y un puñal de oro, cuyo mango presenta decoración floral estilizada.